No faltarán
los que quieran llevarse el alba en un saco,
y se aprovechen del hambre trasnochada.
No faltarán
los traficantes de almas realengas
y su embarazo de buenas intenciones.
No faltarán
los círculos aéreos de buitres
y sus deseos de cadáver y grito.
No faltarán
los ladrones de alegrías infantiles,
de consejos ancianos,
de la fe y la utopía.
Ante sus aullidos
y su presencia en la puerta del cuartel,
ante sus ganas de sangre y aliento,
ante el crujido de sus colmillos gastados
y la baba de sus hocicos de peste,
nosotros,
seguiremos al asalto del futuro
con la patria en las vísceras,
con la historia en la espalda,
con las espadas en alto
y con un nombre en la garganta,
un nombre Unidad
un nombre Lucha
un nombre Batalla
un nombre Victoria.
¡Somos Chávez!
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