ESCUCHÉ TU VOZ (después de su llamada)

Escuche tu voz,
escuché el sonido de las piedras del río,
escuché el bramido de huracan indomable
y el silbido tenue de la brisa de mayo
escuché el silencio de la ciudad nocturna, hambrienta de ti,
escuché el lamento de la montaña que desea tus pisadas,
escuché el llanto del caribe que necesita que lo mires,
¡escuché mi anhelo de hombre de conquistar tus labios!
y ahora estoy sordo, no hay otro sonido que tu voz
no hay otro lamento que el mio, ¡
el lamento de saber
que tu no me escuchaste a mi!
y a pesar de todo sigo escuchandote en el silencio
ensordecedor de mis penurias, de mi cerro, de la vida,
y tu voz acompaña mi sueño, canción de cuna que me hace ternura,
¡Escuché tu voz!

Pedimento mutuo para una despedida (Contrapropuesta)

Me pides que te olvide
Y clavas tu mirada en mis ojos,
como el más tierno puñal,
Me pides que olvide el parque, las horas, nuestras sábanas
...tu piel
Y me tomas las manos descaradamente inocente,
escandalosamente ingenua.

Me pides que olvide el momento
cuando nuestros labios detuvieron el tiempo,
que olvide palabras y poemas
Me pides dejar de existir!

Pideme no ver más el sol,
Pideme arrancar una estrella,
Pideme robarle a la flor
Su perfume y entregartelo

No te pido que vuelvas
Libre eres como agua de río
Seré el ave que te espera en el nido,
Si no estás conmigo ya no quiero volar,
No te pido imposibles,
Sólo que en una madrugada moríbunda,
Me recuerdes a mi...

PERICOS BUCHONES (A la cadena de comercialización)

Alpargata y bota de hierro,
luz de mechón en la parcela,
la montaña dulce, el café amargo
dos cuerpos lejanos unidos por el alba.

Machete noble,
martillo persistente,
tristeza latente
espera bajo el roble.

La Guacharaca en la sierra
le canta al que trilla
mientras hiere la yerma tierra,
con un golpe de escardilla.

Serrucho, pala y brocha presta
brazos cansados,  esperanza muerta,
justicia tuerta, con peso falso,
monedas contadas a coste de llanto

De nuevo, el sol amanecido,
de nuevo, la luna agoniza,
de nuevo, la arepa matiza,
El calor del hambre temprana,
de nuevo el sembrador reclama
la justicia por sus actos,
de nuevo el obrero clama
por el fruto de aquellas manos
y entre ambos… sin alma y sin pena,
El caimán no desespera,
obtendrá del sueño truncado
la vida de ambos bandos,
mientras ninguno se da cuenta,
como el sudor les va robando.

Mientras, el sol languidece
dos arepas, dos platos
dos sangres, un relato
de lágrimas secas un cáliz
entre los dos cerros,
un festín...  solapado,
¡Pericos buchones, que comen maíz,
donde ellos nunca han sembrado!

ELLA YA NO LLORA (a las mujeres víctimas de los que les juraron amor)

Su rostro está sereno, sin angustías sin dolores,
ya no llora ni le teme al hombre que la esclavizaba.

Duerme tranquila y todos saben que sus lamentos han pasado,
ya no llora ni le teme al hombre que le robaba su libertad.

Entre el silencio de esta noche ya no se escucha pidiendo auxilio,
ya no hace falta socorrerla,
ya no llora ni le teme al hombre que le quitaba su derecho a ser humana.

Y la rodean sus hijos y la observa su madre,
ya no llora ni le teme al hombre que le canceló el derecho a ser mujer.

Y en su ultima cama, en su ultimo sueño,
ya no llora ni le teme al hombre que anoche le quitó la vida.

¡No más, No más!  ¡ya no lloras y ahora todos lloramos por ti!

 ¡¡¡La violencia solo hace sub humanos!!!

¡ERES Y ESTÁS!

No te voy a conjugar en pasado
Eres presente y estàs en el futuro
No te voy a escribir elegías
porque a los vivos no se les reza

¡Porque estás vivo!
Vivo en el pecho del obrero,
Vivo en la bendición de la abuela,
Vivo en los niños de la escuela,
Vivo en la mujer emancipada
Vivo en los brazos de campesino,
Vivo en la teta que amamanta,
Vivo en la churuata del indio,
Vivo en el fusil del soldado,
Vivo  en los antes olvidados
Vivo en los que claman justicia,
Vivo màs que nunca ahora,


Vivo en esta dura hora
de mostrar de que estamos hechos
Vivo en los puños que se alzan,
Vivo en los pueblos que avanzan,
hacia el alba, con conciencia cierta,
vivo en esta esperanza terca,
de que tu no te has ido,
a pesar de que cautivo
por una tristeza silente
todo un Orinoco de gente,
te habla en despedida

¿Por eso como enterrarte?
¿Por eso como olvidarte?
¿Por esto como acobardarme
Si aún mi niña te llora?
Porque desde ese "¡Por ahora!"
Te clavaste en mis arterias
porque un perfume de camelias,
endulzan tu camino,
porque el plano del destino
está impregnado de ti
de tu llano, de tu tormenta, de tu trueno,
de tus alas de colibrí.

Pero... permíteme llorarte
Solo hoy... mi Comandante
Pero... permíteme extrañarte
Solo hoy
Mañana... Mañana hay que luchar
y necesito alimentar
mi aliento para la brega
para emular tu entrega
para creer todavia
para levantarme al dia
con alma de combatiente
para gritar con mis manos.
junto a todo un continente
sin abandonar el arado;
Comandante... ¡Hasta siempre!

CANCIÓN INCONCLUSA A PERIJÁ (¡SÁBINO VIVE CARAJO!)

Perijá, sierra añeja
testiga perpleja
de una vida segada,
arrancada de los surcos del conuco,
silenciada con la centella de la bala.

Perijá, Sierra eterna,
natura que clama por los cantos,
a la lluvia y a la siembra,
que mana llanto por los hijos que padecen.

Hoy te recuerdan...
y se dan golpes de pecho,
hasta que de la caja negra,
desaparezca tu imagen.
Y... ¿después?
¿Algún habitante de las cumbres te visitara de nuevo?
¿O te entregaran a los chacales que hicieron guarida en tus entrañas?
Los que se alimentan de los huesos
de los de piel oscura, olivada!

Perijá, sierra olvidada,
¡Cuanto nos acordamos que existes,
cuando sus suelas pisan las calles de la plaza!
¡Y cuanta letra inservible lanzamos sobre el papel,
cuando por el momento enlutamos el discurso!
Obituarios en una hoja, una cruz de palo,
Juramentos y visitas pétreas,
¡como epitafio de la partida!

Perijá, sierra madre,
amamanta con la sangre
del que no usaba las balas,
a tu Pueblo que hoy vela,
¡A Sabino en una sala!