La marcha que no existe,
caminó hasta la plaza,
la cachiporra y la bala la recibieron.
La marcha que no existe,
salió de la sabana y la sierra
y escaló la meseta y paró al Transmilenio.
La marcha que no existe,
recibió una oferta en pesos
y mostrándole al burgués,
la cara de Gaitán en el billete,
le recordó, que la dignidad
¡No se vende!
caminó hasta la plaza,
la cachiporra y la bala la recibieron.
La marcha que no existe,
salió de la sabana y la sierra
y escaló la meseta y paró al Transmilenio.
La marcha que no existe,
recibió una oferta en pesos
y mostrándole al burgués,
la cara de Gaitán en el billete,
le recordó, que la dignidad
¡No se vende!