lunes, 15 de junio de 2015

Monetaria Necesidad

Encontré una moneda en la calle.

Le faltará al descuidado,
...para tomar el metro,
   ...para el dulce del hijo,
      ...para darla a un mendigo.

Ninguna moneda es huérfana
siempre hay una necesidad buscándola
con la prueba de maternidad en la mano.

Cuantas almas darían su alma por ser moneda.

Burdel

La canción rayada de la rocola
huele a tu aliento en mi cuello
a tu olvido mercantil,
a pasado perenne,
a esa espesa madrugada donde aún te busco,
allí, donde se quedaron mis latidos,
a tu colchón de quince minutos,
a esta mesa manca sin tu vaso,
a esta mano mía sin la tuya.

Tuviste que ser un invento de mi orfandad,
de mi soledad en fiebre,
pero no...
tu voz es la gubia que aún talla mi recuerdo.

Yo solo fui en tus oídos,
una promesa más,
otro cosificador.

Hoy no estás
y me visita la inservible culpa.

Tierra estéril, mala hierba

Cuantas promesas sembramos
entre los cardos de la realidad,
cuantas semillas ahogadas
en este invierno de aguacero incesante,
esa tiña creció desde el suelo
y trepó como la sabia hasta nuestras hojas,
comiéndose el fruto que esperamos antes de nacer.

Cuanta verdad cruenta arropó nuestras mentiras dulces.

miércoles, 10 de junio de 2015

Balance


Al final de este camino,
solo tengo,
una taza vacía y sedienta,
tres hebras de tu cabello
enredadas en los ojales de mi camisa,
dos blue jeans arrugados,
un billete de diez
blanqueado en tu lavadora,
varias maldiciones presagios de caricias,
ocho toneladas de herejías
lanzadas a la hoguera de azúcar,
y una miríada de trozos buenos de pasado.

...Valió la pena.

martes, 9 de junio de 2015

Sin zapatos.


Descalza,
el camino se le hace más largo,
más autentico,
ella, siente las piedras del camino,
evita las espinas rastreras,
clava su pupila en el suelo, expectante a cada paso,
siente el aguijón antes de penetrar su piel.

Descalza,
aprecia llegar al seno materno,
siente el frío y el calor del cemento,
lo blando de la tierra después de la lluvia,
la caricia de la hierba y la arena.

No le pongas zapatos a tu alma.