lunes, 17 de agosto de 2015

Absolutismo.

Yo me muero por ser tu vida...



...de lo absoluto.
Se dijeron:
Yo me muero por ser tu vida...
Sus lápidas están frente a frente.


...del no.
Yo me muero por ser tu vida...
Lo siento, ya estoy muerta.


...del si.
Al fin le hablé:
Yo me muero por ser tu vida...
Se lavó las manos y me dio los santos óleos.


...de la incertidumbre.
Ella le escribió:
Yo me muero por ser tu vida...
Hoy está en coma.


...de la violencia obstétrica.
Escuchó un susurro antes del pujo:
Yo me muero por ser tu vida...
Y nació huérfano.


...del fanatismo.
Yo me muero por ser tu vida...
Y estallaron abrazados en Bagdag.


...del abandono.
El,  le gritó antes de irse el autobús:
Yo me muero por ser tu vida...
Ahora tiene el don de la eternidad.


...del suicida.
El dijo:
Yo me muero por ser tu vida...
Y haló el gatillo.


...del machista.
Ella le dijo:
Yo me muero por ser tu vida...
El, le cumplió el deseo.

miércoles, 12 de agosto de 2015

Confesión de un delincuente palestino

Al principio 
pensé que era la mano tibia de mi madre,
acompañándome en mi respiro nocturno,
sentí un calor que se iba acercando,
con pasos de duende,
me despertó el grito y el lamento
taladrando mis oídos recientes,
el humo fue el primero en llegar,
para tomar posada en mis pulmones minúsculos,
detrás, ya el crepitar de la casa
anunciaba la fanfarria del fuego 
mordisqueando las esquinas, el techo, mi cuna,
y la vi, convertida en brazas, 
era la muerte saludándome, 
queriéndome, deseándome,
invitándome al olvido del sepulcro,
papá llegó muy tarde, 
ya era una antorcha,
pude ver sus lágrimas evaporadas,
no fue suficiente su cuerpo ardiente,
el músculo de la llama era más potente,
mi última visión fue mi casa en ruinas 
y el gemido de mi familia incinerada.

El grito de odio en mi pared arrasada:
¡Venganza! ¡Larga vida al Mesías!

Nombre: Alí Saad

Edad: 18 meses.

Delito: Nacer de un vientre Palestino.



I,II y III

Deseo gramatical. (I)

Ser sujeto de tu oración,
la acción de tu verbo
y todas la sílabas de tu predicado.




Cautivo.(II)

Y mi lengua se enredó con alegría,
en ese rizo de tu pubis,
el que se salvó de la tala indiscriminada.

-Nunca hubo un cautivo más sonriente-




Siempre pasa.(III)

Hoy no quiero escribirte y te escribo,
ni pensarte y te pienso,
ni maldecirte, ni bendecirte.

Hoy no quiero quererte y te quiero.


Gajes del oficio.