Paseas sobre la cama
vestida de mis besos,
apertrechada del olor
de nuestros cuerpos fundidos.
Exploras la almohada cruda
y la palma de mis manos
y un grito en tu sonrisa muda
invita urgente a otro viaje,
-¡Zarpemos, iza velas,
no importa el oleaje!-
Compro azaroso boletos nuevos
te abrigo con caricias,
y con destino al suspiro
Partimos...
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