martes, 28 de julio de 2015

AVELLANEDA (a Dario Santillan y Maxi Kostequi, EstaciónAvellaneda, Argentina, 26/06/02)


Hay cientos de calles que cortar,
miles de kilómetros que andar,
reivindicar la dignidad en el polvo, en el sol,
en un nosotros que aún te escucha,
y no conoce de despedidas.

Ese día de planes rebeldes,
la mensajera cobarde de la muerte,
te arrancó el aliento por la espalda,
los buitres no podían ver tus ojos llenos de pueblo
sin que se paralizaran.

El salvaje altar te reclama,
y las manos de miles toman la carga,
el martillo no se quedará quieto,
la rueda sigue su curso,
alimentados por tu respiro indomable.

La muerte que fuiste a recoger,
en el rostro que viste por primera vez,
no podrá acabar tu vida
esa estúpida bala
que te robo la luz,
porque la vida es más que respirar,
Los chacales de uniforme lo ignoran.

Avellaneda,
solo eres,
para levantarnos resueltos a la lucha
por lo demás, eres mentira,
porque la muerte no existe.

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