sumó todos sus pasos hasta la puerta,
en el último segundo,
intento ser una mujer decente,
restar un metro a su andar,
para no llegar
y salvar su honor.
Erró el cálculo,
un dedo mal colocado,
un desliz,
multiplicó a la décima potencia sus ganas
... Y esa noche, fue feliz.
Y yo fuí feliz
ResponderEliminar