viernes, 27 de diciembre de 2013

VERSOS IMPERTINENTES III

Media noche

Y se veían en el escondrijo,
de una esquina nocturna,
para que al amparo de la luna
palpitara su sol de instantes.




Fortuna

Estas tan lejos,
que los ojos me arden,
que los brazos no me alcanzan,
que mi palabra no la escuchas,
que afortunado soy entonces,
porque en mis sueños...
¡eres perfecta!



Anti Disney

Esa tarde fue tan duro,
el deseo de la princesa,
que no hubo algún conjuro
que llamara a la sutileza,
el día que al príncipe vio
en una esquina del jardín,
escapado del festín,
escondido de la gente,
lo alcanzó tras la fuente,
para que nadie los viera
y en arrebato de hormonas locas,
sus labios besó
y dicen que ese príncipe,
-aunque con verrugas pocas-
¡en sapo se convirtió!

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