lunes, 2 de diciembre de 2013

EXPEDICIÓN

Un beso a tu mano abierta,
falsamente aletargada,
te acuestas en mi pecho de arena,
tu índice cuenta cada grano,
yo cuento los cometas de tu cielo nocturno.

En la tormenta de tus pezones encuentro la calma, 
al norte de tus rodillas la frontera que me reta,
se me funden las manos en tus vellos,
se diluyen tus uñas en mi cuello,
idioma de olores y tacto,
barro y miel,
sangre y café,
fluyen por las coronarias,
y saltamos los tepuyes
de nuestra selva imaginaria.

No nos creemos, nos creamos,
No nos encontramos, nos buscamos.

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