martes, 29 de octubre de 2013

LO QUE SOBRA Y LO QUE FALTA

Esta mañana volví a besar tu aliento,
enredado en mi almohada maltrecha,
en el olor que dejaste extraviado,
en una esquina de mi desvelo.
Volví a ver tu montaña,
calentándose, paulatinamente
al ritmo de mi sol paseante.
Volví a ver tu vaso olvidado,
sobre la misma alfombra,
en la escena paralizada,
de nuestra última sonrisa.

Volví a extrañarte 
como el lactante al pezón materno 
y a media mañana, 
cuando la luz ya me hería los ojos, 
una epifanía, 
¡A esta cama le sobra un metro, 
y a esta vida le faltas tú! 

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