jueves, 3 de octubre de 2013

YO, EL PUEBLO

Llevo quinientos años en la espalda,
apretujados contra mi columna,
un amasijo de barro ensagrentado,
cuelga de mi cuello sucio,
llevo el despecho del Mapuche y del Apache,
ensartado en los poros de mi frente,
cargo con los vestigios de las colonias
desde Malvinas hasta el Caribe
y la injusta carga de un bloqueo de diez lustros.

Me palpita el pecho verde,
tengo las venas negras y cobrizas.
Me bañan los océanos y los huracanes me despeinan,
ya no me inmuto ante la muerte
me la dejaron de herencia
desde los rascacielos,
aplastan mis luchas,
desde la calle del muro,
quieren venderme y comprarme.

Llevo mis hombros marcados
por el látigo del mantuano,
y los pulmones llenos de agua salada,
para dar tesoros de nácar, de tierra y metal

Pero me levanto, resuelto cada día,
a acompañar al sol en su camino,
lanzo mis redes,
trillo mi tierra,
esgrimo mi martillo,
y pego otro ladrillo de la historia
cincelo la vida que sueño.
Es  la era del año cien

¡Estoy despierto!

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