miércoles, 16 de octubre de 2013

KALEN



Si supieras la ternura
que engendras en mi pecho,
cuando tus manos acarician mis brazos,
cuando me sonríes al llegar la tarde,
cuando me pides que bese tus heridas,
cuando besas las mías.
El presente más hermoso eres tú,
llegaste
tan de madrugada,
tan de mañanita,
tan de improviso,
para hacerme entender que contigo renacía,
para transfundir una marejada de miel a mis venas. 
No me has dicho una palabra
y ya estoy en tus manos para siempre.
¡Hijo mío!

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