lunes, 1 de septiembre de 2014

PAUSA


Preparan el palacio en Estocolmo,
el traje de gala,
las incontables coronas de premio,
para agasajar la matanza
de los olivos y la gente.

 
Preparan las jaulas de las palomas
para agradecer desde el Ángelus
la ventura del canto del gallo
y el silencio de la metralla,
pero aún el humo nubla el sol en Shijaia.

 
Y se van retirando los suvenires de la mesa del mercader,
y ahora es más importante el ébola
y ahora hay que invadir otra tierra,
es hora de ahorrar lágrimas para la próxima foto,
pasó la moda de la kufiyya en los cuellos.

 
Y los titulares son de otros lares,
sus muertos no gritan tan fuerte,
sus mancos ya no son noticia,
las casas desaparecidas, desaparecen del noticiero
ya no invocan oraciones ni lamentos.

 
Igual de falsa es la paz de escritorio,
que el dolor de los indignados de temporada.

El último cuerpo yace inerte
...aún está caliente
en una calle de Gaza.

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