sábado, 23 de agosto de 2014

RELATO DE UN MUERTO (NAGASAKI 1945)

Esa mañana fue extraña y corta.

Arañando el mediodía
amanecía un segundo sol,
con un abrazo mortecino
extinguió
el llanto, la risa, el gemido, el grito…
…el susurro
y el silencio pesó una tonelada…
…espeso y supurante silencio.

Las agujas de mi reloj arden a las 11:01 a.m.


Larga  capa...

Fuiste mi mortaja

No hay comentarios:

Publicar un comentario