PERICOS BUCHONES (A la cadena de comercialización)

Alpargata y bota de hierro,
luz de mechón en la parcela,
la montaña dulce, el café amargo
dos cuerpos lejanos unidos por el alba.

Machete noble,
martillo persistente,
tristeza latente
espera bajo el roble.

La Guacharaca en la sierra
le canta al que trilla
mientras hiere la yerma tierra,
con un golpe de escardilla.

Serrucho, pala y brocha presta
brazos cansados,  esperanza muerta,
justicia tuerta, con peso falso,
monedas contadas a coste de llanto

De nuevo, el sol amanecido,
de nuevo, la luna agoniza,
de nuevo, la arepa matiza,
El calor del hambre temprana,
de nuevo el sembrador reclama
la justicia por sus actos,
de nuevo el obrero clama
por el fruto de aquellas manos
y entre ambos… sin alma y sin pena,
El caimán no desespera,
obtendrá del sueño truncado
la vida de ambos bandos,
mientras ninguno se da cuenta,
como el sudor les va robando.

Mientras, el sol languidece
dos arepas, dos platos
dos sangres, un relato
de lágrimas secas un cáliz
entre los dos cerros,
un festín...  solapado,
¡Pericos buchones, que comen maíz,
donde ellos nunca han sembrado!