viernes, 2 de mayo de 2014

DERECHO AL PESIMISMO


Hay verdades que a la verdad,
duelen más que un clavo en la sien,
prefacios más largos que el cuento,
partidas más largas que el viaje.

Hay mundos insondables y pululantes,
donde habita una espesa soledad en la multitud,
segundos llenos de una eternidad torturante
y abismos en la cumbre empinada.

Los comunes lugares donde decimos vivir,
la incongruencia entre nuestros discursos y nuestros haceres.
Será que necesitamos engañarnos un día más,
un milímetro más,
para alcanzar la carreta que nos dejó ayer.

Para algunos, el pesimismo es un don oscuro,
para otros, una necesidad soñada en el cuerpo del adversario,
para mi, un mal propio, imprescindible y crónico,
que se alivia soñando otra vez...
Otra vez.

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