A veces provoca cabalgar una estrella fugaz,
amordazar nuestro silencio,
ese que te penetra los huesos
como el frío de una noche se enero.
A veces
quisiera encontrarme
con aquel niño que fui,
con ese centavo perdido en el monte,
con esa sonrisa sin razón
con un consejo de mi abuela.
La vida es un río de días,
con charquitos en la orilla
donde juegan carajitos desnudos,
pero no tienes tiempo,
el mundo te demanda ocupación y angustia,
y el sistema te regala dolores nuevos
esos que no escucharon los viejos,
y necesitas de esos dolores para sentirte importante, en onda
y predicas que el stress te agobia la tarde,
que el insomnio te asola las noches,
que el SPM te parte el ánimo y el humor,
que la depresión post parto es un parto post,
A veces,
provoca... Provoca.
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