La manada dormita
en medio del bosque de sillas grises,
este aeropuerto es como una partida perpetua,
una bienvenida inconclusa.
Los acentos se confunden
antes de entrar a la espera,
los aeropuertos son como una torre de Babel,
pocos construyen
andan solos
braceando en el mar de gente.
El aeropuerto es un ascensor gigante,
donde igual todos habitan una esquina
y huyen de los ojos ajenos,
quizá por miedo de encontrarse en ellos.
El "buenos días, disculpe, permiso"
es solo otra manera de ser mudo
de alejarme del otro
y desconocer su ternura
a fin de no embarazarme de afecto,
la cortesía es el anticonceptivo del corazón.
en medio del bosque de sillas grises,
este aeropuerto es como una partida perpetua,
una bienvenida inconclusa.
Los acentos se confunden
antes de entrar a la espera,
los aeropuertos son como una torre de Babel,
pocos construyen
andan solos
braceando en el mar de gente.
El aeropuerto es un ascensor gigante,
donde igual todos habitan una esquina
y huyen de los ojos ajenos,
quizá por miedo de encontrarse en ellos.
El "buenos días, disculpe, permiso"
es solo otra manera de ser mudo
de alejarme del otro
y desconocer su ternura
a fin de no embarazarme de afecto,
la cortesía es el anticonceptivo del corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario