martes, 9 de junio de 2015

Sin zapatos.


Descalza,
el camino se le hace más largo,
más autentico,
ella, siente las piedras del camino,
evita las espinas rastreras,
clava su pupila en el suelo, expectante a cada paso,
siente el aguijón antes de penetrar su piel.

Descalza,
aprecia llegar al seno materno,
siente el frío y el calor del cemento,
lo blando de la tierra después de la lluvia,
la caricia de la hierba y la arena.

No le pongas zapatos a tu alma.

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