Descalza,
el camino se le hace más largo,
más autentico,
ella, siente las piedras del camino,
evita las espinas rastreras,
clava su pupila en el suelo, expectante a cada paso,
siente el aguijón antes de penetrar su piel.
Descalza,
aprecia llegar al seno materno,
siente el frío y el calor del cemento,
lo blando de la tierra después de la lluvia,
la caricia de la hierba y la arena.
No le pongas zapatos a tu alma.
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