martes, 21 de febrero de 2017

La Verdad

La verdad es, a veces
una mujer con la piel ajada sobre los huesos
un esqueleto que camina
en una urbe que la hace invisible
otras, es un silicón 36c
pagado por la lengua sexagenaria que lame su pezón.

La verdad,
es una ola de tres metros en el Egeo
que engulle la balsa y sus ocupantes desesperados,
también es un crucero de lujo atracando en el mismo puerto
para ver el atardecer brindando por la vida
en un pueblito griego de casitas blanquiazules.

La verdad,
es la piel despegándose del músculo
bajo la ardiente caricia del fosforo blanco
y también es un tour por la vía dolorosa,
es un niño vestido de escombros en una silla naranja
y es el agente naranja que trafican los mercaderes del terror.

La verdad, dicen,
tiene graduaciones
hay no verdad que no es mentira
también media verdad y verdad falsa
y la verdad 2.0 que se hace con poquitas letras.

Y es que la verdad,
esa verdad que es producto de mil mentiras
esa verdad de los discípulos de Goebbels
esa verdad que es mercancía y patrón de intercambio
esa verdad, a la verdad
depende de la intención del que paga.

No me jodan.

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